El desastre racista

Ya tuvo que venir el racista creído a estropearas en vez de arreglar la reparación incluida en el seguro. Creído, petulantes, parecía un enfermo de psiquiátrico por creerse guapo en vez de un trabajador, más preocupado en qué le mirasen en vez de arreglar lo que tenía que hacer. Y estropea y se va, como si fuese irresistible. Y la empresa sin escuchar, dándole la razón a su racista enfermo... Luego quieren igualdad cuando en su trabajo discriminan por la belleza que para mí, ni era atractivo ni sabía hablar y seguramente, tampoco leer o discernir...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Esos viajes

El colmo del colmo

El bebé corriendo